sábado, agosto 23, 2008

El pasado domingo 17 de agosto se llevó a cabo (en el Sanborns de División del Norte) la XIV Tertulia de Ciencia Ficción de la Ciudad de México. En esta ocasión platicamos de Crónicas Marcianas y de la película Steamboy. Bueno, yo no vi la película, así que Jorge Armando (quien las organiza) no quiso ponerme una estrellita en la frente, tampoco el sello de hormiguita trabajadora :(

De izquierda a derecha Jorge Armando, Armando, Brenda, Ángel, Luis y yo

Para Bradbury un escritor no puede ser tibio, el atole en las venas no va con la escritura: “Si uno escribe sin garra, sin entusiasmo, sin amor, sin divertirse, únicamente es un escritor a medias. Pues el primer deber de un escritor es la efusión: ser una criatura de fiebres y arrebatos. Sin ese vigor, lo mismo daría que cosechase melocotones o cavara zanjas; Dios sabe que viviría más sano.”

Para el autor de Crónicas Marcianas es imposible separar vida y escritura: “No escribir, para muchos de nosotros, es morir. Si uno no escribiese todos los días, uno acumularía veneno y empezaría a morir, o desquiciarse, o las dos cosas. Uno tiene que mantenerse borracho de escritura para que la realidad no lo destruya. Porque escribir facilita las recetas adecuadas de verdad, vida y realidad, que permiten comer, beber y digerir sin hiperventilarse y caer en la cama como un pez muerto”.

Bradbury ha manifestado que la ciencia ficción es tan sólo la tercera parte de su trabajo como escritor, ¿y cómo define la ciencia ficción?

“La historia entera de la humanidad consiste en solucionar problemas; la ciencia ficción devora ideas, las dirige y nos dice cómo sobrevivir. Una cosa acompaña a la otra. Sin la fantasía no hay realidad. Sin estudios sobre pérdidas no hay ganancias. Sin imaginación no hay voluntad. Sin sueños imposibles no hay posibles soluciones... toda ciencia ficción es un intento de resolver problemas mientras se finge mirar para otro lado. En otro lugar he descrito este proceso literario como el enfrentamiento de Perseo con la Medusa. Con los ojos en la imagen de Medusa reflejada en su escudo de bronce, mientras finge desviar la mirada, Perseo lanza el brazo por sobre el hombro y decapita al monstruo. Así la ciencia ficción simula futuros a fin de curar perros enfermos en los caminos de hoy. El tropo lo es todo. La metáfora es el remedio... Al parecer, pues, somos todos niños de ciencia ficción que soñamos nuevas formas de supervivencia... De nuevo esa Verdad: la Historia de las Ideas; no otra cosa ha sido siempre la ciencia ficción. Ideas alumbrándose a sí mismas en hechos, muriendo sólo para reinventar nuevos sueños e ideas y renacer en formas y figuras aún más fascinantes, algunas permanentes, todas con una promesa de Supervivencia.”

No hay comentarios.: